Cambrian Ventures recauda 20 millones para su segundo fondo fintech

Rex Salisbury lidera el segundo fondo de Cambrian Ventures, enfocado en startups fintech tempranas con un 50% de éxito en Serie A, pese a la desaceleración del sector.
TechCrunch

Cambrian Ventures recauda 20 millones para su segundo fondo de fintech

Rex Salisbury supera la desaceleración del sector con un 50% de startups escalando a Serie A. El fondo especializado en etapas tempranas destaca por su enfoque en founders con ideas disruptivas, pese al contexto de bajada en inversiones venture.

«Solo el 1% de los servicios financieros está digitalizado»

El socio único de Cambrian Ventures, Rex Salisbury, defiende que el fintech sigue siendo un campo fértil. «Si eres especialista, ves oportunidades donde otros no», afirma. Su primer fondo de 20 millones respalda 33 startups, como Simple Closures (cierre de negocios) y Keep (pagos canadiense). La mitad lograron financiación Serie A, muy por encima del promedio del 15.4% registrado por Carta.

Red y experiencia como ventaja

Salisbury, exmiembro fundador del área fintech de Andreessen Horowitz (A16Z), atrae inversores de firmas como NerdWallet y Plaid. Su segundo fondo suma respaldo institucional, incluyendo un banco y una aseguradora. «Busco founders con visión clara y ejecución impecable», explica.

De meetups a fondos multimillonarios

Antes de Cambrian, Salisbury creó una comunidad fintech con 20.000 suscriptores y 1.800 founders en Slack. Su inversión en Deel (herramientas de nómina) durante su etapa en A16Z consolidó su reputación. La IA es ahora clave: «Permite crear empresas multiproducto desde el inicio», destaca, citando su apuesta por Every (plataforma todo-en-uno).

Contra la corriente

La recaudación de fondos venture alcanzó mínimos en 2025, según PitchBook. Cambrian destaca como excepción, replicando el tamaño de su primer fondo. El evento Disrupt 2025 en San Francisco (27-29 octubre) servirá como termómetro del interés renovado en el sector.

¿El fintech vuelve a rugir?

El éxito de Salisbury prueba que nichos específicos aún atraen capital. Su estrategia se mantiene: identificar productos únicos en un mercado que, pese a escepticismos, sigue en expansión.