Empresas de IA construyen centros de datos con gas de fracking en Texas
La industria de la IA está construyendo complejos de centros de datos que generan su propia electricidad utilizando gas natural extraído mediante fracking. Esta tendencia, que está reavivando la industria del fracking, genera preocupación por el impacto ambiental y social en las comunidades locales, que enfrentan cambios en su entorno y en el suministro de agua.
Proyectos en Marcha
La startup Poolside AI construye un centro de datos en más de 500 acres de Texas Occidental. La instalación, denominada Horizon, producirá dos gigavatios de potencia, equivalente a la presa Hoover, quemando gas de la Cuenca Pérmica. CoreWeave provee acceso a más de 40.000 chips de Nvidia para el proyecto.
Estrategia Común en la Industria
OpenAI admite que su centro Stargate en Abilene, Texas, funciona quemando gas. El complejo requiere unos 900 megavatios de electricidad. Meta planea un centro de 10.000 millones de dólares en Luisiana, que será alimentado por plantas de gas natural. Elon Musk y su xAI también tienen conexiones con el gas de fracking a través de sus proveedores en Memphis.
Impacto en las Comunidades Locales
Los residentes de las zonas afectadas reportan cambios significativos en su calidad de vida. Arlene Mendler, vecina de Stargate, declaró que la construcción «ha cambiado completamente nuestra forma de vivir«. En zonas propensas a la sequía, como Texas Occidental, existe inquietud por el consumo de agua de estos centros, tanto de forma directa como indirecta en la generación de electricidad.
Justificación Geopolítica y Apoyo Gubernamental
Las empresas argumentan que esta expansión es necesaria para competir con China. Chris Lehane, de OpenAI, citó la construcción masiva de energía por parte de China. Esta postura cuenta con el respaldo de una orden ejecutiva de 2025 que agiliza los permisos para centros de datos con gas, excluyendo específicamente el apoyo a las energías renovables.
Un Futuro Incierto y Alternativas
Existe preocupación sobre si toda esta nueva capacidad energética es necesaria. Un estudio de la Universidad de Duke sugiere que una gestión más flexible de la demanda podría evitar la construcción de nuevas plantas. Mientras, se invierte en reactores modulares y fusión como alternativas más limpias a futuro. Sin embargo, las comunidades locales podrían cargar con los costes financieros y ambientales a largo plazo, una vez que expiren los contratos de las tecnológicas.