
En un panorama tecnológico cada vez más centrado en la inteligencia artificial, DeepSeek irrumpe como una propuesta que combina razonamiento avanzado, transparencia y accesibilidad.
La start-up China está causando una verdadera revolución!!
Su producto estrella, DeepSeek-R1, apodado DeepThink, ofrece una experiencia enfocada en el razonamiento paso a paso y en la transparencia de sus procesos lógicos, compitiendo cara a cara con modelos reconocidos como ChatGPT.
🚀 DeepSeek-R1 is here!
— DeepSeek (@deepseek_ai) January 20, 2025
⚡ Performance on par with OpenAI-o1
📖 Fully open-source model & technical report
🏆 MIT licensed: Distill & commercialize freely!
🌐 Website & API are live now! Try DeepThink at https://t.co/v1TFy7LHNy today!
🐋 1/n pic.twitter.com/7BlpWAPu6y
Además de su enfoque en la transparencia, la plataforma es conocida por ser gratuita para uso en su sitio web y aplicación, con una API de bajo costo (a partir de un dólar por millón de tokens). Esto la convierte en una alternativa muy asequible, especialmente si se compara con modelos que requieren suscripción o inversiones mayores.
Su naturaleza open source permite a desarrolladores personalizar y mejorar la herramienta, al mismo tiempo que usuarios con menos conocimientos técnicos pueden disfrutar de la versión estándar sin costos prohibitivos.
Más allá de ChatGPT: rendimiento y accesibilidad
Aunque ChatGPT destaca en escritura creativa y conversaciones informales, DeepSeek tiene una clara orientación al razonamiento estructurado y a resolver tareas técnicas con precisión y transparencia.
Se afirma que alcanza un rendimiento similar en pruebas de lógica y codificación, siendo aproximadamente 20 a 50 veces más económico para las empresas que buscan soluciones de IA escalables.
A esto se suma el sorprendente hecho de que ha sido desarrollado con un presupuesto mucho menor—6 millones de dólares—frente a inversiones de miles de millones en otros modelos.
Sin duda alguna, los bajos costes y las buenas prestaciones de la IA China causaran muchos problemas a las «Big Tech» estadounidenses.