El dólar estadounidense afronta en 2026 una erosión acelerada de su dominio global
Su peso en las reservas mundiales ha caído del 72% en 1999 al 58% actual. La moneda se enfrenta a una presión creciente por los déficits de EE.UU. y al auge de sistemas alternativos de pago que buscan evitar su uso en el comercio internacional.
Factores que erosionan la hegemonía del dólar
La cuota de EE.UU. en el comercio global ha bajado de un tercio en 2000 a una cuarta parte hoy. Esto reduce la centralidad del dólar. Países como India y Rusia ya liquidan operaciones en rupias, dírhams o yuanes. Más de la mitad del comercio chino se canaliza a través de CIPS, su sistema alternativo a SWIFT.
Presión fiscal y fragilidad del mercado de bonos
Los déficits fiscales estadounidenses, proyectados en 1,9 billones de dólares para 2025, y un déficit por cuenta corriente del 6% del PIB presionan a la moneda. El mercado de bonos del Tesoro, con más de 27 billones de dólares en circulación, mostró su fragilidad en la crisis de marzo de 2020, cuando necesitó la intervención de la Reserva Federal para funcionar.
Nuevos sistemas de pago emergen como alternativa
La amenaza principal en 2026 no será una moneda rival única, sino sistemas diseñados para eludir los canales basados en dólares. Proyectos como mBridge, con bancos centrales de China, Hong Kong, Tailandia y Emiratos Árabes Unidos, o BRICS pay, permitirían pagos instantáneos en monedas nacionales.
El papel potencial de las stablecoins
Las stablecoins permiten pagos transfronterizos de bajo coste. Aunque la mayoría están ancladas al dólar, si ganan tracción las stablecoins multicurrency o no vinculadas al dólar, podrían convertirse en una red de liquidación «neutral». China podría impulsar stablecoins vinculadas al RMB a través de Hong Kong y el Golfo para liquidar transacciones reales.
Antecedentes: La pérdida de confianza como factor clave
La percepción de seguridad de una moneda es fundamental, y está cambiando. El uso de la divisa como arma por Washington impulsa al mundo a buscar formas de eludirla. La «dilución del dólar» gana impulso conforme las economías emergentes comercian más entre ellas con sus propias monedas.
Cierre: Una transición que se acelera
El proceso histórico de sustitución de una moneda dominante solía llevar un siglo, pero la tecnología y las finanzas digitales comprimen ese plazo. Aunque el dólar sigue siendo la principal divisa, en 2026 el riesgo de que su dominio se resquebraje es mayor que nunca, impulsado por alternativas técnicas y geopolíticas.