China investiga chips estadounidenses como respuesta a presión sobre TikTok
China investiga a fabricantes de chips de EE. UU. por ‘dumping’ y antitrust. Las acciones coinciden con las negociaciones para TikTok y suponen un cambio en la guerra tecnológica.
Nuevas armas en la guerra comercial
China ha iniciado una serie de acciones regulatorias contra empresas semiconductoras estadounidenses. La más significativa es una investigación por dumping contra los chips ‘legacy’ fabricados en EE. UU., componentes esenciales para electrodomésticos y coches. Paralelamente, la autoridad antimonopolio china anunció hallazgos preliminares que sugieren que Nvidia incumplió compromisos de su adquisición de Mellanox en 2020.
Cambio de estrategia en el conflicto tecnológico
Estas medidas representan un giro en la guerra tecnológica. Durante años, Washington fue quien creaba herramientas para restringir el acceso de China a semiconductores avanzados. Ahora, Pekín demuestra que está preparada para utilizar el mismo juego contra su rival geopolítico, pasando de la defensa al contraataque.
El mercado chino como palanca
El momento de las investigaciones no es una coincidencia. Mientras EE. UU. negocia un acuerdo para TikTok, a Pekín le preocupa más obtener concesiones en sectores clave como los semiconductores. China está utilizando su masivo mercado interno como punto de presión, una táctica similar a la empleada anteriormente por la administración Trump.
Posibles consecuencias para las empresas
De momento, la industria estadounidense adopta una postura de esperar y ver. Las investigaciones podrían durar años o archivarse si las negociaciones avanzan. Sin embargo, si las conversaciones se estancan, podrían imponerse aranceles y multas que perjudicarían a empresas como Texas Instruments y Analog Devices, y beneficiarían a firmas chinas como Novosense y 3Peak.
Un nuevo campo de batalla: los chips legacy
El foco en los chips legacy, fabricados con tecnología de más de 15 años, marca un nuevo frente. Estas investigaciones alertan a las empresas estadounidenses de que su acceso al mercado chino tiene condiciones. Aunque los productos de EE. UU. son más fiables, unos aranceles podrían hacerlos menos competitivos frente a las alternativas locales, conllevando pérdidas de miles de millones para los fabricantes estadounidenses.
Cierre: Advertencia con consecuencias
Las acciones de China suponen una advertencia a Washington y sus empresas. Pekín demuestra su voluntad de instrumentar medidas reciprocidad en la guerra tecnológica, utilizando su mercado como arma. El resultado final dependerá del desarrollo de las negociaciones comerciales, pero el mensaje es claro: el acceso al mercado chino para las tecnológicas estadounidenses ya no está libre de contrapartidas.