Investigadores identifican el objeto de marfil de hipopótamo más antiguo de Iberia
Un objeto de marfil de hipopótamo de 4500 años revela redes de intercambio prehistóricas. El hallazgo en el yacimiento de Bòbila Madurell cuestiona el alcance conocido del comercio en la Edad del Cobre.
Un artefacto viajero
Investigadores del Seminario de Estudios e Investigaciones Prehistóricas (SERP) de la Universidad de Barcelona han determinado que el objeto, tallado en un incisivo inferior de hipopótamo, no es de origen local. El material probablemente procedía del valle del Nilo o de África, lo que indica una impresionante distancia recorrida.
Reexaminando una pieza única
La pieza, documentada por primera vez en 1977, fue reestudiada con espectrometría infrarroja (FTIR) y traceología. Mide algo más de 10 centímetros y fue encontrada en una vivienda semisubterránea de la cultura Véraza, que ocupó el noreste de la península ibérica.
Función y valor del objeto
El análisis de sus patrones de uso y residuos de pigmento rojo sugiere que fue un objeto valioso, con un considerable tiempo de trabajo dedicado a su fabricación y pulido. Su asociación con fusayolas de cerámica indica que pudo ser una herramienta textil, aunque no se descarta un uso ritual.
Redes de alcance mediterráneo
Este marfil, junto a otros materiales exóticos como el ámbar del Báltico, evidencia el extenso alcance de las redes prehistóricas. El marfil de hipopótamo pudo viajar por la red marítima del norte del Mediterráneo, diferente a las rutas norteafricanas del marfil de elefante.
Repercusión en la arqueología
El estudio, publicado en el Journal of Archaeological Science: Reports, desafía las suposiciones anteriores sobre el comercio en la Edad del Cobre. La pieza es una prueba tangible de la complejidad tecnológica y cultural de las comunidades del noreste de Iberia durante el Calcolítico.
Un pasado globalizado
El hallazgo subraya la conectividad de las comunidades prehistóricas y demuestra el valor de reexaminar colecciones de museos con tecnología avanzada. Abre la puerta a reconsiderar el papel de los materiales exóticos en la creciente complejidad social de la península.