Empresas de geotermia avanzada aceleran su expansión con nuevos acuerdos
Fervo Energy generará 300 megavatios con turbinas de Baker Hughes en Utah. La incertidumbre regulatoria se disipó tras los recortes a la Ley de Reducción de la Inflación. Otras startups, como Sage Geosystems, también firman alianzas para desplegar su tecnología.
Perforando el futuro energético
Las empresas de geotermia avanzada están anunciando acuerdos que prometen allanar el camino para un despliegue más amplio de su tecnología. Fervo Energy, con sede en Houston, seleccionó a un proveedor para partes clave de sus plantas de energía, lo que indica que la segunda fase de su proyecto en Utah avanza a toda marcha.
El motor de la expansión: financiación y tecnología
Detrás del acuerdo con Baker Hughes hay 206 millones de dólares en financiación que Fervo aseguró en junio. La startup ha adaptado técnicas de perforación direccional utilizadas por la industria del petróleo y el gas para aprovechar rocas a casi 16.000 pies de profundidad, donde se espera que las temperaturas mantengan un constante 520˚ F.
Un ecosistema en calentamiento
Otra startup, Sage Geosystems, firmó un acuerdo con el desarrollador geotérmico Ormat Technologies para desplegar su tecnología. Si todo sale según lo planeado, Ormat licenciará la tecnología «Pressure Geothermal» de Sage, que inyecta agua en roca fracturada bajo presión, donde absorbe calor, para luego generar electricidad.
Un contexto de apoyo inesperado
Cuando los republicanos del Congreso recortaron la Ley de Reducción de la Inflación el verano pasado, las startups de geotermia avanzada se salvaron en gran medida. Perforar para obtener energía renovación parece ser una de las pocas cosas que genera apoyo bipartidista, lo que ha disipado la incertidumbre regulatoria para el sector.
Un suministero constante para la demanda digital
Dado que las plantas de energía geotérmica generan calor las 24 horas del día, han atraído el interés de los desarrolladores de centros de datos. Un análisis reciente indicó que la tecnología podría generar suficiente electricidad para suministrar casi dos tercios de la demanda de centros de datos para 2030, repercutiendo directamente en la infraestructura digital global.