Administración Trump anuncia inversión en Intel con fondos ya otorgados
El Gobierno de EE.UU. tomará una participación del 10% en Intel mediante la conversión de subvenciones previamente adjudicadas por valor de 8.900 millones de dólares. El acuerdo se anunció este viernes y no implica nuevos fondos. El presidente Trump lo calificó como «un gran trato para América».
Un acuerdo que no desembolsa dinero nuevo
La inversión de 8.900 millones de dólares proviene de subvenciones ya adjudicadas pero aún no pagadas a Intel. Según la compañía, esta cantidad se compone de 5.700 millones de dólares de la Ley CHIPS de la administración Biden y 3.200 millones de dólares del programa Secure Enclave, también de la era Biden. En una publicación en Truth Social, Trump afirmó que «Estados Unidos no pagó nada por estas acciones».
Posibles desafíos legales y un cambio de tono
El acuerdo podría enfrentar desafíos legales, ya que algunos banqueros y abogados consideran que la Ley CHIPS puede no permitir la conversión de subvenciones en capital. Además, Trump había sido muy crítico con esta ley, calificándola de «cosa horrible, horrible» y pidiendo su eliminación. El presidente también cambió su postura pública hacia el CEO de Intel, Lip-Bu Tan, a quien había acusado de conflictos de intereses y pedido su renaza, para luego calificarlo de «Altamente Respetado» tras negociar el acuerdo.
Un contexto de tensiones y subsidios
El acuerdo se enmarca en los esfuerzos por fortalecer la fabricación de chips en Estados Unidos. La Ley CHIPS, promulgada durante la administración Biden, destinó fondos significativos para este fin. Intel ya había recibido 2.200 millones de dólares de esta ley y había solicitado 850 millones adicionales en reintegros que el gobierno aún no había pagado en junio.
Una inversión pasiva para el futuro tecnológico
La inversión del gobierno será pasiva, sin derechos de gobierno ni escaños en la junta. Para Intel, este acuerdo representa una estabilización crucial de su situación financiera. Para el ciudadano, este movimiento busca asegurar el liderazgo tecnológico y manufacturero de EE.UU. en un sector estratégico, aunque su ejecución final dependerá de la resolución de los posibles cuestionamientos legales.