Elon Musk impulsa el auge de microescuelas para hijos de tecnomillonarios
750.000 a 2,1 millones de estudiantes en EE.UU. asisten ya a estos centros privados. La tendencia, liderada por magnates de Silicon Valley, combina IA, enseñanza personalizada y filosofía «tecnolibertaria». Trump amplió incentivos fiscales para esta modalidad en julio de 2025.
«Si aprenden más rápido en dos horas, ¿por qué no?»
Elon Musk fundó en 2014 Ad Astra, una microescuela en su mansión de Bel Air donde niños estudiaban química nuclear o asistían a charlas de ejecutivos. «Daba la gallardía para mentir sobre mi edad en hackathones», afirma una exalumna. Hoy, su modelo se replica en Texas y Hawái con apoyo de Larry Ellison (Oracle) y otros.
La receta de Silicon Valley
Estas escuelas (<150 alumnos) operan sin regulación pública y priorizan proyectos prácticos sobre currículos estándar. Usan tutores de IA para lecciones individualizadas: el mercado global de IA educativa pasará de 7.050 a 112.300 millones de dólares para 2034, según Precedence Research.
«Es el Bitcoin del mundo educativo»
Josh Cowen, experto en políticas educativas, critica que los vouchers escolares desvían fondos públicos hacia opciones privadas. La ley de Trump de julio 2025 incluyó créditos fiscales para donaciones a escuelas alternativas y gastos de homeschooling. «Funciona para algunos, no para la mayoría», advierte Cowen.
Raíces en la pandemia (y en la segregación)
Las microescuelas evolucionan de los «pods pandémicos» de 2020, pero también reflejan viejas tensiones: críticos las vinculan a la resistencia a la desegregación racial en los 50. Hoy, el movimiento «elección escolar» promueve alternativas privatizadas con apoyo de Gates, Hastings y fondos como Andreessen Horowitz.
¿El futuro o una burbuja elitista?
Mientras empresas como Alpha School expanden sus sedes en Austin o Miami, el 90% de los exalumnos de Ad Astra estudian negocios o informática. El modelo gana terreno, pero su impacto social sigue en debate.