Artista subasta solución del último código secreto de la escultura Kryptos del cuartel de la CIA
Jim Sanborn venderá en noviembre la respuesta del panel K4, el único sin descifrar de su obra. La puja partirá de 300.000 dólares y el artista, de 80 años, destinará parte de los fondos a programas para discapacitados. El comprador conocerá un mensaje que solo él posee desde 1990.
«El poder de guardar un secreto»
Sanborn confirmó a WIRED que la subasta incluirá el texto plano de 97 caracteres del panel K4 y una placa metálica usada como muestra durante la creación de la escultura. «Quiero controlar el proceso mientras estoy en plenas facultades», explicó el artista, quien recibe hasta 40 consultas semanales de criptoanalistas. La casa RR Auction gestionará la venta en noviembre.
¿Qué pasa si el ganador revela el código?
Sanborn espera que el comprador asuma la tarea de verificar los intentos de descifrado futuros, aunque admite que «todo podría ocurrir». Recordó el caso del empresario Martin Shkreli, quien filtró un álbum exclusivo de Wu-Tang Clan tras comprarlo. Pese al riesgo, el artista no impondrá condiciones contractuales al nuevo dueño del secreto.
Más allá del mensaje oculto
El panel K4 contiene instrucciones para resolver un enigma mayor llamado K5, según reveló Sanborn. Aclaró que descifrarlo no requiere acceso físico a la sede de la CIA en Virginia. La obra, instalada en 1990, tiene tres paneles ya resueltos y fue creada durante la dirección de William Webster, quien falleció el 8 de agosto sin confirmar si conocía la solución.
De escultor a guardián de códigos
Kryptos, una estructura de cobre en forma de «S», se convirtió en uno de los rompecabezas criptográficos más famosos del mundo. Durante 35 años, expertos y aficionados han intentado descifrar sus mensajes, incluso usando IA, aunque Sanborn critica estos intentos como «inexactos». La CIA nunca ha confirmado si el contenido tiene relevancia para la agencia.
Un secreto con fecha de caducidad
La venta marcará el primer traspaso del conocimiento exclusivo de K4. Sanborn sugirió que la IA podría ayudar al nuevo propietario a gestionar las consultas, pese a su escepticismo inicial. El artista, sin embargo, descartó seguir involucrado: «Estoy cansado. Prefiero que termine». El comprador decidirá si mantiene el misterio o revela finalmente el mensaje.