Lisa Su impulsa a AMD como rival de Nvidia en la guerra de chips para IA
La CEO de AMD logró multiplicar por 150 el valor de la empresa en una década. Bajo su liderazgo, la compañía desafía a Nvidia en el mercado de GPUs para inteligencia artificial, mientras navega las tensiones comerciales entre EE.UU. y China. Su estrategia se centra en innovación modular y alianzas con gigantes tecnológicos.
«No es A versus B, es construir lo mejor para cada necesidad»
Lisa Su, ingeniera eléctrica del MIT y CEO de AMD desde 2014, transformó una empresa en crisis en un fenómeno semiconductores con un valor de mercado de 300.000 millones de dólares. Su apuesta por diseños modulares («chiplets») y GPUs de 7 nanómetros le permitió duplicar los ingresos del centro de datos en dos años.
La batalla por la supremacía en IA
AMD aún está lejos de los 4,4 billones de dólares de capitalización de Nvidia, pero Su insiste en que «el mercado es lo suficientemente grande para todos». Sus chips ya son estratégicos para Microsoft, Meta y OpenAI, aunque reconoce que el ecosistema de software ROCm necesita mejorar para competir con CUDA de Nvidia.
Geopolítica y chips
China representa el 25% del negocio de AMD, pero las restricciones de exportación de EE.UU. obligan a pagar un 15% de impuestos en ventas a ese país. Su defiende relocalizar la fabricación: «Es crítica para la seguridad nacional», afirma, citando la vulnerabilidad expuesta por una tormenta invernal en Texas.
De Queens a cambiar las reglas del juego
Hija de inmigrantes taiwaneses, Su pasó de trabajar como estadística en Nueva York a revolucionar la industria con diseños eficientes. Su enfoque en computación de alto rendimiento y salud (motivado por la experiencia con su madre enferma) la llevó a priorizar aplicaciones médicas para IA.
El futuro se escribe con chiplets
AMD apuesta por diversificar su portafolio más allá de Nvidia, optimizando para inferencia en IA y colaborando con socios clave. Su visión pragmática: avanzar paso a paso en un mercado que superará los 500.000 millones de dólares en 3-4 años, sin prisas pero sin pausa.