La Iconfactory vende parte de sus apps por el impacto de la IA
La empresa culpa a ChatGPT y otros servicios de IA por la caída de sus ingresos. La compañía, conocida por apps como Twitterrific, anunció el miércoles la venta de parte de su catálogo. El cierre de Twitterrific en 2023 y la competencia de herramientas de diseño con IA aceleraron su crisis.
«La IA nos está matando, y no exagero»
La Iconfactory, estudio de diseño y desarrollo de apps, admitió que debe vender parte de su portafolio para enfocarse en proyectos más rentables. Según el cofundador Ged Maheux, mantener apps secundarias «con clientes leales» ya no es viable. «ChatGPT genera un icono en 5 minutos y una app en horas», lamentó el desarrollador Sean Heber en Mastodon.
El golpe de Twitter y la IA
El cierre de Twitterrific en 2023 por la prohibición de Elon Musk eliminó su principal fuente de ingresos. La explosión de la IA generativa afectó después sus servicios de diseño, otro pilar del negocio. Heber reconoció que solo seis empleados mantienen la empresa «a flote» sin reservas financieras.
Apuesta por el «social web abierto»
La Iconfactory lanzó Tapestry, una app para rastrear fuentes como RSS, Mastodon o Bluesky, pero su alcance sigue siendo «nicho». Aunque desarrollan una versión para Mac, los suscriptores no compensan la pérdida de Twitterrific. Maheux confirmó que diversificaron hacia consultoría de UX y código para sobrevivir.
Cuando el diseño ya no paga
Fundada en 1996, la Iconfactory destacó diseñando iconos y apps como Twitterrific, líder en su época. La democratización de herramientas de IA y sistemas como SF Symbols de Apple redujeron la demanda de sus servicios. Además, los costes subieron mientras el precio de las apps se estancaba, según Maheux.
Un futuro incierto para los pequeños estudios
La venta de apps con su código e IP marca un punto de inflexión. La Iconfactory mantendrá proyectos como Tapestry, pero la commoditización del diseño por IA amenaza a más desarrolladores independientes. Maheux ve esperanza en oportunidades como Liquid Glass de Apple, aunque el modelo actual «ya no es sostenible».