Meta rechaza firmar el código de IA de la Unión Europea
La compañía alega «incertidumbres legales» y excesos regulatorios. La decisión se produce semanas antes de que entren en vigor las normas europeas para modelos de IA general. Meta critica que el marco «frenará la innovación» en el continente.
«Europa va por el camino equivocado en IA»
Meta anunció este viernes que no suscribirá el Código de Prácticas de la UE, un marco voluntario para cumplir con la Ley de IA. Joel Kaplan, responsable de asuntos globales de la empresa, afirmó en LinkedIn que el texto «introduce medidas que van más allá del alcance de la Ley de IA». La normativa europea exige transparencia en los desarrollos y prohíbe entrenar modelos con contenido pirateado.
Impacto en la industria tecnológica
La UE clasifica usos de IA como «riesgo inaceptable» (manipulación conductual) o «alto riesgo» (biometría). Kaplan advirtió que la ley «ahogará el desarrollo de modelos avanzados en Europa». Gigantes como Alphabet, Microsoft y Mistral AI también han presionado para retrasar su implementación, pero la Comisión Europea mantiene el calendario: las reglas para modelos de propósito general con riesgo sistémico (como los de OpenAI o Google) empezarán a aplicarse el 2 de agosto.
Un pulso regulatorio en ciernes
La UE publicó este mes directivas para que las empresas adapten sus sistemas a la Ley de IA, aprobada en 2024. Los proveedores con modelos en el mercado antes del 2 de agosto tendrán hasta 2027 para cumplirla. Meta insiste en que la regulación «dañará a las empresas europeas que construyan negocios sobre IA».
La UE no cede ante la presión tecnológica
La Comisión Europea rechazó modificar el cronograma pese a las críticas de las tecnológicas. El código voluntario buscaba facilitar la transición hacia la normativa, que incluye registro de sistemas y gestión de riesgos. La UE defiende que su enfoque equilibra innovación y derechos ciudadanos.
Un horizonte con reglas claras… para algunos
El conflicto refleja la tensión entre la visión europea de IA regulada y la postura de las grandes tecnológicas. Mientras Meta se resiste, la UE avanza con su modelo basado en prohibiciones específicas y controles estrictos para usos sensibles. Su aplicación real se verá a partir de agosto.