Karen Hao compara a OpenAI con un imperio por su poder y expansión
OpenAI gasta 115.000 millones de dólares en su misión de lograr una IA general. La periodista Karen Hao critica que esta obsesión por la velocidad cause daños reales.
El coste de la creencia en la AGI
Karen Hao describe en su libro Empire of AI cómo OpenAI actúa como un evangelista de la Inteligencia General Artificial (AGI). Su ideología, que promete beneficiar a toda la humanidad, justifica una expansión que concentra poder económico y político.
Estrategia de crecimiento y sus consecuencias
La compañía priorizó la velocidad sobre la seguridad y la eficiencia. Esto llevó a un consumo masivo de datos y energía. Hao señala que existen otros caminos para avanzar en IA, como mejorar los algoritmos, pero se sacrificaron por ir más rápido.
Daños documentados y trade-off falso
Mientras los beneficios no llegan, los daños son palpables: pérdida de empleos, concentración de riqueza y problemas de salud mental. Hao documenta trabajadores en Kenia y Venezuela expuestos a contenido perturbador y con salarios muy bajos.
Antecedentes de la crítica
Hao argumenta que la estructura de OpenAI, parte sin ánimo de lucro y parte con ánimo de lucro, complica cómo mide su impacto. El reciente acuerdo con Microsoft acerca a la compañía a una eventual salida a bolsa, lo que aumenta las preocupaciones sobre su misión.
Implicaciones globales
La narrativa de la carrera contra China no ha tenido el efecto liberalizador esperado. En cambio, el poder se ha consolidado en Silicon Valley. El modelo actual de IA, según Hao, necesita virar hacia sistemas como AlphaFold, que ofrecen beneficios reales sin daños colaterales.