La Unión Europea multa a Google con 2.950 millones de euros por prácticas anticompetitivas
La Comisión Europea impone su segunda mayor sanción antimonopolio a la tecnológica. La decisión, anunciada esta semana, responde a la preferencia de Google por sus propios servicios publicitarios. La empresa ha anunciado que recurrirá la multa.
Una sanción por abuso de posición dominante
La Comisión Europea encontró que Google «abusó de sus posiciones dominantes» al favorecer a su exchange publicitario AdX en las herramientas para editores y compradores de anuncios. El organismo exige a la compañía que «ponga fin a estas prácticas de autopreferencia» en un plazo de 60 días y que «implemente medidas para cesar sus conflictos de interés inherentes» en la cadena de suministro de publicidad digital.
La postura firme de la Comisión
Teresa Ribera, Vicepresidenta Ejecutiva de la Comisión, declaró: «Google debe presentar ahora un remedio serio para abordar sus conflictos de interés, y si no lo hace, no dudaremos en imponer remedios contundentes». Añadió que «cuando los mercados fallan, las instituciones públicas deben actuar».
Reacción inmediata y críticas
Google, a través de un portavoz, anunció que apelará la decisión, argumentando que «no hay nada anticompetitivo en proporcionar servicios para compradores y vendedores de anuncios». La multa también fue criticada por el Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quien se quejó en una publicación en Truth Social sobre las «muchas otras multas e impuestos que se han emitido contra Google y otras empresas tecnológicas estadounidenses».
Un precedente en la lucha antimonopolio
Esta es la segunda multa antimonopolio más grande de la historia de la UE, solo por detrás de una sanción de 5.000 millones de dólares contra Google en 2018. El anuncio de esta sanción se retrasó respecto a la fecha prevista del 1 de septiembre, presuntamente por las negociaciones comerciales entre la Unión Europea y Estados Unidos.
Un pulso regulatorio con repercusiones globales
La decisión de la UE se produce en un contexto de escrutinio global sobre las prácticas de las grandes tecnológicas. Mientras Google enfrenta este revés en Europa, la empresa obtuvo un resultado más favorable en Estados Unidos, donde un juez federal desestimó propuestas severas del Departamento de Justicia contra la compañía.