Orbital Paradigm prueba una cápsula de reentrada orbital más económica
La startup madrileña lanzará su cápsula de prueba KID en tres meses. El objetivo es validar un sistema de retorno asequible para cargas útiles. La misión no recuperará la cápsula, que impactará en una zona no revelada.
Un nuevo paradigma para volver a casa
Orbital Paradigm, una startup con sede en Madrid fundada por Francesco Cacciatore y Víctor Gómez García, desarrolla una cápsula de reentrada para abaratar el retorno de materiales creados en microgravedad. El mercado objetivo son empresas e instituciones que necesitan volar entre tres y seis veces al año, especialmente del sector biotecnológico. La empresa ha recaudado 1,5 millones de euros de fondos semilla.
El diseño minimalista de KID
La cápsula de prueba KID pesa unos 25 kilogramos, mide aproximadamente 16 pulgadas y carece de propulsión. “Diseñamos el vehículo para no tener que aterrizar en un lugar específico”, explicó Cacciatore, para reducir costes y complejidad. El objetivo de la primera misión es separarse del cohete, transmitir datos desde órbita, sobrevivir a la reentrada hipersónica y emitir una señal antes del impacto.
La hoja de ruta hacia la reutilización
Una segunda misión en 2026 probará una versión reducida de la cápsula reutilizable Kestrel, que incluirá un sistema de propulsión y un paracaídas. Esta cápsula será guiada hasta las Azores, donde Portugal desarrolla un puerto espacial. A diferencia del primer vuelo, esta misión permitirá recuperar tanto el vehículo como las cargas útiles en su interior.
Un sector en crecimiento y lleno de competencia
El mercado del retorno orbital se está volviendo más competitivo, con empresas como Varda Space Industries y The Exploration Company logrando reentradas controladas. Cacciatore reconoció que, a diferencia de las startups estadounidenses, no reciben financiación no dilutiva masiva de agencias gubernamentales, lo que les obliga a ser “más atléticos” y a construir desde el principio para vender a clientes.
La promesa de la microgravedad
El interés por la fabricación en órbita crece, ya que la microgravedad permite crear nuevos materiales, fármacos y terapias. Esto requiere pruebas repetitivas, lo que genera una demanda de servicios de transporte de ida y vuelta frecuentes y asequibles, un nicho que Orbital Paradigm pretende cubrir.
La prueba definitiva está en el vuelo
El éxito de Orbital Paradigm depende de la validación técnica en sus primeras misiones. “Hasta que no volamos, no hemos hecho mucho. Las palabras son bonitas, pero volar es la prueba definitiva”, afirmó Cacciatore. La capacidad de la empresa para ofrecer un servicio fiable y económico definirá su lugar en el emergente mercado de la logística orbital.