Gobierno de EEUU adquiere el 10% de Intel para impulsar fabricación nacional
La administración Trump convirtió una subvención en una participación accionarial del 10%. El acuerdo, sin precedentes, busca repatriar la producción de semiconductores y asegurar el dominio en Inteligencia Artificial. Se anunció a finales de agosto de 2025 tras semanas de negociaciones.
Una apuesta estratégica por la soberanía tecnológica
La medida forma parte de una estrategia más amplia que incluye aranceles y políticas para traer la fabricación de chips de vuelta a Estados Unidos. El acuerdo se estructura para que el gobierno obtenga más capital si la propiedad de Intel sobre su negocio de fundición cae por debajo del 50% en cinco años.
El camino de Intel hacia el acuerdo
Intel lanzó su negocio de fundición en 2021, pero ha luchado por ganar impulso. Tras la repentina jubilación del CEO Pat Gelsinger en diciembre de 2024, Lip-Bu Tan asumió el cargo en marzo de 2025. Su nombramiento generó controversia por sus vínculos con China, lo que llevó a una reunión con Trump y allanó el camino para este acuerdo, que asegura los 7.860 millones de dólares en subvenciones federales ya otorgados.
Antecedentes: Una industria bajo presión
El contexto se remonta a la Ley Chips and Science de 2022, diseñada para impulsar la fabricación nacional de semiconductores. Intel, como otras empresas del sector, ha enfrentado un crecimiento lento, recortes de costes y despidos masivos, lo que llevó a replantear su unidad de fundición como una subsidiaria independiente.
Un futuro por definir
La administración Trump afirma que será un inversor pasivo que votará conforme a los intereses de Intel. Sin embargo, el impacto real de esta inyección de capital y la influencia gubernamental en la estrategia de la compañía aún está por verse en un mercado global altamente competitivo.