Stanford mantiene admisiones por legado y reinstaura exámenes obligatorios
La universidad renuncia a fondos estatales para conservar preferencias familiares. La decisión, anunciada esta semana, afectará el acceso a una de las instituciones clave para el ecosistema tecnológico. También exigirá pruebas SAT o ACT a partir de 2026.
«Priorizar el legado sobre la igualdad»
Stanford confirmó que mantendrá las admisiones por legado pese a la ley AB 1780 de California, que las prohíbe. Para evitarla, renunciará al programa de becas Cal Grant y compensará la pérdida con fondos propios. La medida favorece a hijos de graduados, muchos vinculados a Silicon Valley.
Repercusión en el acceso
La universidad es cantera de líderes tecnológicos (Google, Netflix, Nvidia). Críticos argumentan que perpetúa desigualdades, mientras defensores alegan que preserva estándares académicos. La reintroducción de exámenes SAT/ACT, suspendidos desde 2021, podría beneficiar a estudiantes con recursos para preparación.
El precio de la independencia financiera
Stanford enfrenta presiones económicas: despidió a 363 empleados por incertidumbre y nuevos impuestos federales. Un alza del 1.4% al 8% en tasas a fondos universitarios le costará 750 millones anuales. Las donaciones de exalumnos, clave para su presupuesto, representan el 22% de sus ingresos operativos.
Antecedentes: Donaciones vs. meritocracia
Instituciones como Princeton o Stanford dependen de aportes de graduados. En 2022-2023, 46.6% de las donaciones a Princeton vinieron de exalumnos. Stanford canaliza estos fondos a becas o su endowment, que financia operaciones anuales.
Un modelo bajo escrutinio
Las políticas de admisión reflejan tensiones entre tradición y equidad en élites educativas. Mientras Stanford protege su autonomía, el debate sobre meritocracia en la industria tecnológica se intensifica. La decisión influirá en el perfil de futuros líderes del sector.