YouTube implementa tecnología de estimación de edad para proteger a adolescentes en EE.UU.
La plataforma aplicará restricciones publicitarias y controles de bienestar digital. El sistema, basado en inteligencia artificial, identificará a menores aunque no hayan declarado su edad real. Entrará en fase de pruebas en las próximas semanas.
«Protecciones reforzadas para los más jóvenes»
YouTube utilizará múltiples señales, como la actividad en la plataforma o la antigüedad de la cuenta, para inferir si un usuario es menor de 18 años. «Queremos ofrecer una experiencia más adecuada a su edad», explicó la compañía. Las medidas incluyen: desactivar publicidad personalizada, limitar la reproducción repetida de ciertos contenidos sensibles y activar recordatorios de tiempo de pantalla.
Mecanismos de verificación
Si el sistema identifica erróneamente a un adulto como menor, este podrá verificar su edad mediante identificación oficial, tarjeta de crédito o selfie. Solo los usuarios verificados o inferidos como mayores de edad accederán a contenido restringido.
Un paso más en la seguridad digital
La tecnología, anunciada en febrero como parte del plan de YouTube para 2025, amplía medidas existentes desde 2023, como limitar vídeos sobre imagen corporal o agresiones sociales. También refuerza herramientas de bienestar digital desarrolladas desde 2018.
Contexto regulatorio
La iniciativa coincide con la creciente presión legal sobre redes sociales en EE.UU., donde más de una docena de estados exigen verificación de edad o consentimiento parental. Reino Unido también aplica desde esta semana su Ley de Seguridad Online.
Pruebas controladas antes de la expansión
El despliegue comenzará con un grupo reducido de usuarios estadounidenses en las próximas semanas. YouTube monitoreará los resultados antes de extenderlo globalmente. La medida solo afecta a usuarios registrados, ya que los anónimos ya tenían restricciones.
Un escenario de responsabilidad compartida
La eficacia del sistema dependerá de su precisión para identificar menores sin afectar la experiencia de adultos. La medida refleja el debate actual sobre la protección de menores en entornos digitales y los límites de la autorregulación tecnológica.