Gen Z tiene menos sexo por ansiedad y redes sociales

Un estudio revela que el 25% de los jóvenes adultos no ha tenido relaciones sexuales debido a ansiedad, redes sociales y factores políticos.
WIRED

Gen Z tiene menos sexo por ansiedad y redes sociales, según estudio

El 25% de los jóvenes adultos no ha tenido relaciones sexuales. La periodista Carter Sherman analiza en su libro cómo el estrés político, la educación abstencionista y la comparación en redes afectan su intimidad. Datos de EE.UU. muestran un descenso constante desde 2013.

«Quieren, pero no pueden»: la paradoja de una generación «horny»

Sherman entrevistó a 100 jóvenes menores de 30 años para su libro *The Second Coming*. «No son ‘anti-sexo’, pero viven en una niebla de ansiedad», explica. El 33% de estudiantes de secundaria tuvo relaciones en 2023, frente al 47% en 2013, según los CDC.

Factores clave

Redes sociales: Provocan «comparación y desesperación» con cuerpos irreales. Política: El fin de *Roe vs. Wade* y el movimiento #MeToo aumentan el miedo. Educación: Programas abstencionistas, con 2.000 millones de dólares invertidos, omiten temas como el sexting o el porno.

De los memes a la cama: cómo el contexto lo complica todo

La pandemia «aceleró la externalización de la sexualidad a internet», señala Sherman. Jóvenes LGBTQ+ hallaron comunidades, pero otros sufrieron presión para enviar nudes. El 16% de Gen Z evita citas post-*Roe vs. Wade*, y algunas mujeres relataron sentir «castigo por tener sexo».

El rol del porno

Usado como educación sexual sustituta, normaliza prácticas como la asfixia erótica: «No todas lo disfrutaban, pero era común», dijo una entrevistada. Los apps de citas generan frustración al «cuantificar el valor sexual».

Cuando la abstinencia no es (solo) por ideología

Algunos jóvenes eligen no tener sexo por miedo a misoginia encubierta o por identificarse como asexuales. Sherman destaca que «la ausencia de sexo no es el problema, sino la falta de conexión auténtica».

De la cama a las urnas: el activismo como esperanza

La generación entiende que «lo político influye en lo íntimo». Sherman valora su lucha por derechos LGBTQ+ y aborto: «Si triunfan, crearán un mundo donde sentirse más seguros». El libro retrata una crisis, pero también resiliencia.