Antropólogo identifica sistema de signos con manos en Altar Maya
16 signos manuales en el Altar Q representan cuatro fechas del calendario de Cuenta Larga. Un estudio propone que las posturas de las manos de los gobernantes esculpidos en el monumento de 1.300 años constituyen un lenguaje de signos con significados calendáricos específicos.
Un segundo sistema de escritura
El antropólogo Rich Sandoval sugiere que los signos manuales funcionaban junto a los jeroglíficos, formando un sistema complementario. Esta teoría plantea que los escribas mayas utilizaban dos scripts entrelazados: la escritura jeroglífica y un sistema de signos con las manos integrado en el arte figurativo.
Descifrando los gestos
Sandoval analizó los 16 gestos distintos en el Altar Q, identificando 11 formas numéricas. Dos gestos se asemejaban al jeroglífico del número cero. El estudio señala que sus patrones de distribución son similares a los de los ceros en las fechas de final de período de la Cuenta Larga.
Fechas ocultas en la piedra
Los signos manuales parecen formar fechas de la Cuenta Larga, el sistema maya para calcular el tiempo absoluto. Sandoval argumenta que cada uno de los cuatro lados del altar codifica una de estas fechas, las cuales corresponden a eventos dinásticos importantes que los jeroglíficos omiten.
La precisión del calendario
El investigador agrupó los 16 signos en cuatro conjuntos, uno por cada lado del altar, que se refieren a cuatro fechas dentro del noveno bʼakʼtun, una unidad de tiempo de aproximadamente 394 años. El Altar Q omite notablemente las notaciones de la Cuenta Larga en sus jeroglíficos.
Una nueva perspectiva sobre la escritura maya
La propuesta de un script basado en lenguaje de signos abre la posibilidad de explorar una nueva forma de descifrar el arte maya. Los historiadores piden más investigación, pero el hallazgo sugiere que la civilización maya podría ser más sofisticada de lo conocido.
Implicaciones para la comprensión maya
Si la interpretación es correcta, los mayas no solo registraban la historia en glifos, sino que incrustaban un «lenguaje de signos» numérico en las poses de sus gobernantes. El estudio, publicado en Transactions of the Philological Society, recuerda que la escritura maya aún guarda secretos a simple vista.